«Siempre pensé que los responsables de IT tienen que estar muy cerca del negocio», es la frase que orienta a buena parte del trabajo que lleva adelante -desde hace ya 14 meses- Pablo Jaca, responsable de tecnología de DASA en la Argentina.
Se trata de un grupo cuyo foco es la salud. Y -para entender mejor y de un vistazo su amplio alcance y las complejas responsabilidades que debe manejar junto a sus equipos de IT- basta recordar que las actividades del grupo incluyen a tres compañías reconocidas en el rubro del diagnóstico médico: Labmedicina, Dasa Genómica y el emblemático Diagnóstico Maipú.
Esta situación, el detalle de que es un grupo con headquarters en Brasil y el hecho de que las diferentes compañías que hoy operan en la Argentina se fueron integrando a lo largo del tiempo, implica ciertas complejidades cotidianas de su operatividad tecnológica. Es que sus equipos de IT también están distribuidos por áreas de negocio, con algunos segmentos compartidos y otros independientes.
Retomando su idea sobre cómo los responsables del equipo de IT tienen que estar cerca del negocio, Jaca explica: «Lo mejor para armar un equipo de IT es tener un mix de personas. Claro que tenemos personal con alto expertise técnico, pero creo que en todas las áreas se necesita sumar gente ‘del negocio’, que sepa el ‘qué’ y el ‘para qué'».
Al respecto, el CIO y CTO ofrece un ejemplo: «Hoy, nuestra líder IT en temas de imágenes es una médica con especialización en informática. Ella lidera gente de tecnología, pero también tiene contacto permanente con los equipos médicos. Es más, ella trabajó durante más de dos décadas en diagnóstico. Y hace menos de un año se sumó a nuestro grupo para liderar todo lo relacionado con imágenes. En otros de los grupos pasa lo mismo: los integramos con gente que pasó por distintas experiencias profesionales. Tenemos, por ejemplo, un bioquímico y otras personas que hicieron años de carrera administrativa en el área de Admisiones. Incluso sumamos a IT a un ex-responsable de manejar el Call Center».
Pablo repasa en detalle su historia personal y explica sus responsabilidades y políticas actuales con mucha claridad. Y, si bien no asume como docente regular, lo parece. Pese a que da algunas horas de clase al año en la Fundación Favaloro, en temas de auditoría médica; «eso no me permite clasificar como ‘docente'», resume con una sonrisa. Pero su charla, pausada, ordenada y tranquila, deja bien asentado que la escucha atenta y la claridad son valores a la hora de mejorar la comunicación con, por ejemplo, los integrantes de sus equipos de trabajo.
La actual incumbencia de Pablo en el sector IT incluye diversas áreas operativas y de desarrollo tradicionales, pero -por el particular carácter del rubro- también suma la supervisión de algunos puntos tech no tan comunes, como los tótems de atención al público y la supervisión de una muy cuidada «UX» asociada a, por ejemplo, los demandados portales de pacientes y de médicos y su acceso desde la web a los repositorios de información (estudios médicos) que genera la operación diaria.
Entrando en temas más técnicos, rápidamente surge un punto muy interesante que Jaca destaca al repasar cómo es su organigrama actual y cómo lo está repensando para los próximos tiempos. De esa movida se desprende algo que es una tendencia. «Nuestra área de seguridad informática está en evolución y en crecimiento concreto»; algo que se entiende fácil si se recuerda la sensibilidad de los datos de salud que manejan y almacenan de sus decenas de miles de usuarios.
Historia
Su formación es original para un gerente que se mueve en el mundo IT desde hace décadas. Se recibió de licenciado en Informática en UADE. Luego le sumó un MBA en la UTDT, del que recuerda haber disfrutado especialmente del aprendizaje de las habilidades más blandas que aporta esta capacitación, incluyendo el manejo de recursos humanos, y de tips para formar buenos equipos y también para motivarlos.
En el rubro laboral empezó a trabajar en esos temas, más precisamente en el mundillo del soporte. «De hecho, pasé por otras tantas áreas de sistemas, como desarrollador y como analista. En concreto, trabajó en desarrollos de ERP. Luego transitó por consultoras como Ernst & Young y a partir de ahí su carrera dio un vuelco hacia la especialización en el rubro médico, incluyendo una década de trabajo en FLENI, luego en el Alexander Fleming y después en el Hospital Austral. O sea, todas instituciones reconocidas por su altísimo expertise médico y que debían ir siendo acompañadas desde la tecnología. «Para eso fuimos armando equipos y -ya desde aquellas épocas- aprendí la importancia de sumar a nuestro tema a gente que venía de otras áreas del negocio».
Su último paso laboral que lo llevó a su actual posición fue entrar a DASA. ¿Qué es lo que lo atrajo? «Lo que siempre me gustó: tener la posibilidad de estar íntimamente vinculado al negocio. Y acá me invitaron a entrar en la mesa chica. O sea, hoy desde el lugar de CIO, integro el comité ejecutivo del Grupo en Argentina. Y eso me permite aportar en lo que me gusta: analizar nuevas ideas, sopesar oportunidades de negocios, en fin, aportar a todo y no solo en IT».
La clave para los equipos
¿Qué es lo que sirve para armar buenos equipos de trabajo, especialmente cuando no vienen con un expertise técnico del rubro IT? Jaca explica: «Para eso, es clave la escucha y también la empatía. Obvio que el conocimiento técnico mínimo para el cargo es importante. Pero el que muestre tener habilidades ‘blandas’ es algo cada vez más importante en la organización. O sea, ser empático y poder generar y mantener buenos vínculos es esencial».
En ese sentido, el líder tecnológico de DASA profundiza: «Contar con un gran codeador, tecnológicamente ‘fuerte’, pero que no es capaz de sentarse a charlar con los futuros usuarios finales del sistema, entender sus necesidades y luego trabajar en equipo con sus pares, explicarles las tareas para completar los desarrollos, no le aporta demasiado al grupo de IT. Esto ahora es así; nuestra actividad requiere que interactuemos en forma constante y amable».
En ese sentido, Jaca advierte que «es importante saber delegar y confiar en tu equipo de trabajo. Obviamente, es importante mantener reuniones periódicas, de seguimiento, uno a uno y para que queden claras las pautas de para dónde va el proyecto. Pero a mí, lo que sirve es tener reuniones semanales o quincenales, que permiten cambiar el rumbo rápidamente en cualquier proyecto. Y hacer otras reuniones con el equipo íntegro para que todos sepan las líneas generales. Pero todo en equilibrio, porque tampoco sirve caer en un reunionismo constante que no le rinde a nadie».
El impacto de la IA
En el ámbito de la medicina también está terciando la gran tecnología de estos días: la inteligencia artificial. «Para nosotros es muy importante para desarrollar el negocio porque, usándola en forma adecuada, logramos disminuir la duración de algunos estudios de resonancia de forma muy significativa: antes tomaba casi una hora completarlo y ahora logramos bajarla a unos 15 minutos. Eso lo hicimos, claro, en conjunto con el proveedor de los equipos».
Y agrega: «También es un desafío constante lograr la interoperabilidad de los sistemas. Hay que pensar que los resultados de laboratorio hay que pasarlos a clientes, pero también a médicos y a instituciones. Y para eso armamos paquetes ya pre-preparados con las tecnologías necesarias para poder ‘interfasear’ con los sistemas de los clientes y que la integración de ambos sea simple y que en unas pocas semanas la solución ya esté operativa con el nuevo cliente. Esta idea de reducir los puntos de fricción y facilitar la conectividad es importante para la expansión de nuestros negocios».
Finalmente, uno de los últimos proyectos en los que están poniendo mucho foco en DASA es en un portal de datos para clínicas, pacientes y médicos que ofrezca los resultados en forma simple, práctica y segura. O sea, con la mejor experiencia posible ante un panorama de mucha competencia.




