Bill Gates lanzó sus últimas predicciones sobre lo que va a pasar en 2023. Hay varias cuestiones que preocupan al ex presidente de Microsoft, entre las que se encuentran la guerra de Ucrania y la pandemia de Covid-19. Qué cree Bill Gates que pasará y cómo dice que hay que prepararse.
Bill Gates explica que la guerra de Ucrania «está infringiendo un sufrimiento terrible en Europa del Este y elevando los precios de los alimentos y la energía en todo el mundo», un tema que preocupa especialmente a Gates que en los últimos años invirtió fuertemente en este segmento. Se trata de una situación que provoca un recorte de la ayuda que brindaban los países ricos a los pobres en materia exterior, «en parte porque necesitan gastar más en militares, subsidios a la electricidad y apoyo a los refugiados desplazados por la guerra». De esta forma, «la inflación está aumentando y el crecimiento económico se está desacelerando», detalló Gates.
Respecto a esto, agrego que «el cambio climático está provocando fenómenos metereológicos extremos cada vez más frecuentes» y aprovecho para hacer hincapié en la grieta que vive EE.UU.: «En mi vida, el único período que se sintió tan turbulento fue la década de 1960».
Covid y pandemia: Bill Gates cambió de opinión sobre las vacunas
Si bien Bill Gates siempre defendió y promovió el uso de vacunas para combatir las pandemias y las enfermedades, ahora pone el acento en que «solo reducen la probabilidad de enfermedad o mortalidad», no de infección, por lo que ha pedido que se aporte «aún más financiación».
De hecho, para Gates, los dos temas se unen. Gates habló de la poliomielitis y señalo que el clima extremo, así como la guerra, han hecho que sea mucho más difícil que las vacunas lleguen a la población, algo que ralentiza su erradicación.
Cuál es la solución de Bill Gates
Bill Gates pide «revolucionar toda la economía física: cómo hacemos las cosas, nos movemos, producimos electricidad, cultivamos alimentos y nos mantenemos calientes y frescos, en menos de tres décadas».
Bill Gates ha apuntado a los mercados y los gobiernos, para que se den incentivos para crear nuevas tecnologías sin emisiones de carbono: «Desafortunadamente, en los objetivos a corto plazo, nos estamos quedando cortos. Entre 2021 y 2022, las emisiones globales en realidad aumentaron de 51.000 millones de toneladas a 52.000 millones».