En el mundo de la publicidad, donde captar la atención es cada vez más difícil, un nuevo jugador está redefiniendo las reglas en la Argentina. Se trata de InRide Media, una startup tecnológica que transforma los autos de Uber, Cabify y DiDi en soportes publicitarios móviles mediante pantallas digitales interactivas instaladas en los respaldos de los asientos. Con clientes como Disney, Mercado Libre, Burger King y Shell, la empresa se posiciona como pionera en el segmento DOOH (Digital Out Of Home) de América Latina.
La propuesta no solo aprovecha la audiencia cautiva durante los traslados urbanos, sino que también responde a una tendencia global: el crecimiento exponencial de la publicidad digital en espacios físicos. Según datos del sector, en 2024 el DOOH ya representa el 35% de la inversión publicitaria en vía pública en Argentina, y se espera que supere el 50% para 2028. En ciudades como Tokio, Nueva York o São Paulo, estas plataformas son una realidad consolidada, y ahora, una empresa argentina busca liderar ese camino en la región.
Un modelo global, una ejecución local
El proyecto nació en un tercer tiempo de tenis entre dos emprendedores: Matías Lonardi (ex Treggo, adquirida por la colombiana Carry) y Santiago Rubbo Porcel (ex Shell, docente en el ITBA y cofundador de Supra Social). Durante una charla post-partido, surgió la idea de adaptar en Sudamérica un modelo que Lonardi había visto durante un viaje de negocios a Miami: una tablet instalada en un Uber que ofrecía publicidad y contenido interactivo.

InRide Media es una startup tecnológica que transforma los autos de Uber, Cabify y DiDi en soportes publicitarios móviles mediante pantallas digitales interactivas instaladas en los respaldos de los asientos. (Imagen: gentileza InRide)
En apenas dos meses, sin tener experiencia previa en medios, lograron validar el interés del mercado. Presentaron un deck de 12 slides y cerraron acuerdos con siete anunciantes, lo que les permitió lanzar oficialmente InRide Media. La inversión inicial fue de u$s 70.000 de capital propio, y en su primer mes de operación ya habían facturado $ 12 millones. Para diciembre de 2025 proyectan una facturación mensual de $ 50 millones y una anual de $ 1920 millones.
Tablets, datos y exclusividad por categoría
La empresa ya cuenta con 150 tablets activas en la región del AMBA y apunta a tener 1000 unidades para el primer trimestre de 2026, distribuidas en las principales ciudades del país. Además, proyecta su expansión internacional hacia otros mercados del Cono Sur, donde muchos de sus clientes ya tienen presencia regional.
Una de las claves del modelo es la posibilidad de ofrecer exclusividad por categoría durante determinados períodos, algo que generó tanta demanda inicial que debieron posponer el ingreso de marcas de renombre por tener su cupo ya cubierto.
Además de la segmentación geográfica y temporal de las campañas, la plataforma permite contenido programático y datos de visibilidad, con una promesa de alcance del 99,9%. En un contexto donde la atención del consumidor es escasa, captar la mirada de un pasajero durante su trayecto puede ser más valioso que un banner en redes sociales.
Latinoamérica, terreno fértil para el DOOH programático
La categoría OOH (Out Of Home) creció un 259% en Argentina en 2023, impulsada por nuevas tecnologías y por la búsqueda de formatos publicitarios menos intrusivos y más experienciales. En ese contexto, el DOOH es uno de los segmentos más dinámicos, gracias a la mejora de la infraestructura digital urbana y a la adopción de plataformas automatizadas para la compra de espacios.
Empresas como InRide Media están capitalizando esa transformación, proponiendo soluciones tech-driven, de rápida escalabilidad y alto impacto. A diferencia de los carteles tradicionales, las pantallas en movimiento no dependen del tráfico peatonal: llevan la publicidad directamente al consumidor.
Con proyecciones ambiciosas y una cartera de clientes que incluye tanto multinacionales como startups locales, InRide busca convertirse en una referencia regional en el mundo del DOOH inteligente. Y como ellos mismos dicen, se tiraron a una pileta sin saber su profundidad, pero estaban seguros de algo: ya había agua.