Los argentinos tienen una postura crítica hacia la inteligencia artificial (IA), con un marcado escepticismo sobre su implementación en servicios públicos y una fuerte demanda de regulación. De hecho, un estudio realizado por Ipsos para la ONG Luminate en cuatro países latinoamericanos, muestra que Argentina lidera en varios aspectos la desconfianza hacia esta tecnología emergente.
En este sentido, la mayoría de los ciudadanos argentinos ven con buenos ojos que se establezca una regulación sobre la IA, aunque son menos entusiastas que en otros países. Entre las personas que dicen tener un buen nivel de comprensión sobre la IA, el porcentaje que apoya una normativa asciende al 72% en México; al 67% en Colombia; al 64% en Brasil y al 56% en Argentina.
Desconfianza sobre el uso en gobierno y justicia
Los argentinos se muestran especialmente reticentes a la implementación de inteligencia artificial en decisiones gubernamentales y de justicia. El 58 por ciento rechaza su utilización en tribunales, el índice más alto entre los países relevados en el estudio. Esta postura se extiende a otros ámbitos: el 51% se opone a que la IA redacte leyes y regulaciones, mientras que otro 51% considera inaceptable que determine quiénes son las personas elegibles para recibir los beneficios sociales.
La desconfianza se profundiza cuando se trata del ámbito político y la privacidad. Solamente el 23 por ciento de los argentinos considera aceptable que los gobiernos monitoreen conversaciones en línea mediante inteligencia artificial, el porcentaje más bajo de la región. Además, el 51% rechaza la posibilidad de que los partidos políticos utilicen inteligencia artificial para enviar mensajes personalizados a los votantes.
Conocimiento y percepción de los potenciales riesgos
Un dato revelador es que el conocimiento sobre IA modifica sustancialmente la percepción de sus riesgos. Mientras el 40% de los latinoamericanos cree que la IA puede afectar la integridad electoral, este porcentaje aumenta al 47% entre quienes conocen bien la tecnología. En Argentina, el 39% identifica este riesgo potencial.
Las desigualdades sociales también atraviesan la relación con la IA. Los varones, personas con altos ingresos y mayor nivel educativo reportan mayor conocimiento (62%, 69% y 67% respectivamente) y comodidad con su adopción.
Generación Z y polarización
La generación más joven dice tener conocimiento sobre IA, pero también mantiene reservas críticas. Solo el 28% considera aceptable que la IA determine sentencias judiciales, y el 32% avalaría su uso para redactar leyes.
Un dato preocupante es la percepción sobre polarización que puede incentivar la inteligencia artificial: el 43% de los encuestados considera que el contenido político generado por IA puede incrementar las divisiones sociales. En Argentina, el 21% no cree en este riesgo, una proporción similar a otros países de la región.
Perspectivas regionales
A nivel latinoamericano, menos de un tercio (28%) cree que sus países están preparados para enfrentar los desafíos de la IA. Argentina se ubica en el tercer lugar, con un 28% que considera tener condiciones para abordar esta tecnología, detrás de México (33%) y Brasil (29%), pero por delante de Colombia (23%).
Felipe Estefan, vicepresidente de Luminate para América Latina, advierte sobre la necesidad de aprender de errores previos: «Con la IA, tenemos la oportunidad de evitar las consecuencias de la falta de regulación que ya experimentamos con las redes sociales, desde la desinformación hasta el aumento de la polarización».
La encuesta deja en claro que los argentinos demandan una implementación responsable de la inteligencia artificial, priorizando los derechos y la visión humana en la aplicación de la justicia por sobre la adopción acrítica de nuevas tecnologías.