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El plan del Gobierno para salvar la economía: inversión en un sector clave y capacitación de trabajadores

En el creciente mercado de la programación, que requiere en forma insaciable más y más desarrolladores (porque la demanda es enorme y la oferta muy limitada) y donde hay todavía mucho por hacer, la vuelta de una iniciativa gubernamental planea paliar esa brecha. 

Se trata de Argentina Programa 4.0, el relanzamiento de un proyecto que había nacido originalmente en 2016, tuvo un par de revivals en años posteriores y ahora tiene como objetivo formar a 70.000 programadores para 2023, con la idea de apuntalar el desarrollo de un área clave: la de Economía del Conocimiento, que puede llegar a tener ingresos de hasta $ 7.000 millones para este año.

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El anuncio del lanzamiento de Argentina Programa 4.0 se realizó con bombos y platillos el martes 30 de agosto, en un acto donde participaron los ministros de Economía, Sergio Massa; y de Educación, Jaime Perczyk y el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk. Posteriormente, el 27 de septiembre, fue oficializado a través de la Resolución 630/2022 publicada en el Boletín Oficial.

Para Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), «en un país en el que siempre se reclaman planes de largo plazo y articulación entre el ámbito público y el privado, iniciativas como Argentina Programa 4.0, ProgramAR y otras, van en el sentido correcto, ya que no solo apuestan por la educación y la formación de habilidades en línea con la demanda del mercado laboral, sino porque se articula con el sistema universitario y con las empresas, para guiar el proceso de formación que permita los resultados esperados».

El programa, gratuito y que depende de la Secretaría de Economía del Conocimiento del Ministerio de Economía, busca capacitar a estudiantes principiantes y avan-zados en programación, testing y habilidades digitales, con la idea de promover la inserción laboral en el sector.

«Formar programadores no es lo mismo que invertir en commodities, sino que es empezar a poner el foco en cada sector de interés. Acá está la suma de la inteligencia argen-tina acompañando este proceso y poniendo una inercia positiva hacia el futuro», sostuvo Sujarchuk el momento del anuncio. Del proyecto participan 32 universidades nacionales y 29 empresas del sector.

Ariel Sujarchuk, secretario de Economía del Conocimiento

Argentina Programa 4.0 está dirigido a residentes argen-tinos mayores de 17 años que cuenten con algún disposi-tivo que se conecte a Internet, capacitará los lenguajes de programación Java, Python, PHP y videojuegos. Tendrá una modalidad de cursada mixta, con clases presencia-les y virtuales, crónicas y asincrónicas. Contará con 27 cursos de programación (más otros 80 que se sumarán en 2023) y testing, para los cuales se ofrecen 250 mil vacantes. Además se incluyen 10 cursos de habilidades digitales dictados por Amazon, Microsoft y Argentec (con cupos ilimitados).

Está dividido en dos etapas: #SéProgramar, para quienes recién arrancan y #YoProgramo, para quienes ya tienen una base y quieren profundizar sus conocimientos. Ade-más, otorga una tarjeta con $ 150.000 para comprar una computadora en la tienda virtual del Banco Nación, Tienda BNA para quienes estén inscriptos en #YoProgramo.

Del programa participan además universidades nacio-nales y empresas del sector, con la intención de generar profesionales con posibilidades de acceder a pasantías o empleos en esas compañías. El sueldo promedio del sector es de alrededor de $ 267.000 en la Argentina, aunque muchos de los programadores suelen ser tentados por empresas de afuera, capaces de pagar unos US$ 3.000 o más a profesionales con experiencia. 

Y es que la necesidad de programadores es un fenómeno mundial. «No es una novedad el déficit que tenemos en la Argentina, al igual que en casi todo el mundo, de perfiles calificados para cubrir posiciones de tecnología. Lo que sí es una novedad es que la pandemia y la mayor deslocalización de los trabajos han roto las pocas barreras que aún frenaban una competencia de escala realmente planetaria por este tipo de talento. Hoy nuestros profesionales tienen la posibilidad de elegir trabajar para, literalmente, cualquier empresa de cualquier lugar del mundo», sostiene Graizer. 

Según el sitio especializado Statista, alrededor de 115.000 programadores argentinos realizan trabajos para empresas extranjeras, ocupando el tercer lugar en el continente, contra los 225.000 mexicanos o 500.000 brasileños que realizan la misma tarea. 

A diferencia de otras ediciones, en esta versión hay una apuesta a largo plazo. Según Massa, «la Economía del Conocimiento es el tercer complejo exportador que tiene la Argentina. Impulsar y desarrollar el talento de nuestros jóvenes es clave. Argentina Programa 4.0 debe ser el resultado de la vinculación entre Estado, sistema educativo y empresas del sector y por eso es clave que desde el Estado, gobierne quién gobierne, sigamos capacitando y formando programadores para vender talento y trabajo argentino al mundo».

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Los orígenes del programa  

Esta nueva iniciativa está basada en modelos anteriores, cuyo origen se remonta a unos seis años atrás. Carlos Pallotti fue uno de los principales pioneros en este tipo de iniciativas, porque en 2016 fue el principal responsable del programa 111 mil, gracias al cual el gobierno de Mauricio Macri buscaba formar 100.000 programadores, 10.000 profesionales y 1.000 emprendedores. 

«Ya desde 2006 veníamos viendo que esto iba a crecer sus-tancialmente, y desde la Cámara Argentina de Software (Cessi, que presidía en ese momento) fomentamos junto a universidades y empresas el crear un espacio educativo para la capacitación en programación, algo que iba a tener salida laboral asegurada», explica Pallotti. 

A partir de 2013-2014, la demanda empezó, efectivamente, a ser algo concreto. El plan 111 mil prometía capacitar en uno o dos años a personas para que aprendieran a programar y cubrir puestos claves de un sector que empezaba a tener una demanda sostenida de gente capacitada. Implementado por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo Social, el programa nació con la idea de capacitar a 18 mil personas en su primer año (36 mil en el segundo año y 45 mil en el tercero), pero la inscripción para esa primera etapa fue mucho más allá de las expectativas: se anotaron 60 mil personas. 

Este entusiasmo inicial se vio frenado, sin embargo, tan solo un año después, «cuando Esteban Bullrich dejó de ser ministro de Educación y desde el gobierno de Mauricio Macri decidieron mostrar más austeridad y reducir estructuras ministeriales. La Subsecretaría de Servicios Tecnológicos y Productivos que yo tenía a cargo y que implementaba el plan desapareció, se desarmó el proyecto de articuladores laborales y se eliminó el comité de examinación, que integraban la Cessi junto a la Fundación Sadosky y Argencon», explica Pallotti. 

Si bien los cursos duraron un año más, la suerte ya estaba echada: hubo atrasos en los pagos a los profesores, que además eran muy pocos para la gran cantidad de inscriptos; esca-seaban también las sedes y la deserción fue muy grande. 

Aunque continuó con distintas características en algunas provincias como Mendoza, San Luis y CABA, posteriormente, otras iniciativas federales tomaron su lugar, con la misma idea de base, aunque ahora dividido para dos grupos (básico y avanzado), el mismo entusiasmo inicial y un proyecto cortoplacista que, si bien aportó conocimientos a muchos no llegó a cumplir en ningún caso los requerimientos de una demanda cada vez mayor. 

Ya con el nombre Argentina Programa, se relanzó en años posteriores, bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo. También tuvo una convocatoria masiva, demostrando el interés que despierta en mucha gente este tipo de iniciativas. 

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