Un viernes que parecía normal se convirtió en un día de pesadilla para numerosas empresas e instituciones en todo el mundo. Aeropuertos, bancos y diversas organizaciones se vieron paralizados por un apagón informático masivo. La causa: una simple actualización de software de la empresa CrowdStrike.
De esta manera, CrowdStrike, gigante estadounidense de la ciberseguridad, se encontró en el ojo del huracán. George Kurtz, CEO de la compañía, admitió a través de la red social X que el problema se originó en «un defecto en una actualización de contenido» de su software para sistemas Windows.
El producto en cuestión, Falcon, diseñado para proteger archivos en la nube, es ampliamente utilizado por empresas Fortune 500. Irónicamente, este software de seguridad, que requiere acceso profundo a los sistemas para detectar amenazas, se convirtió él mismo en la fuente del caos.
La compañía se apresuró a tranquilizar a sus clientes, asegurando que no se trataba de un ciberataque. Los ingenieros de CrowdStrike trabajaron contrarreloj para desplegar una solución, mientras aconsejaban a los usuarios reiniciar sus equipos como medida provisional.
Qué es CrowdStrike, la empresa detrás del fallo global
Este revés es solo un capítulo en la historia de CrowdStrike, una empresa con un papel prominente en el panorama de la ciberseguridad global. Su trayectoria incluye colaboraciones con el gobierno de EE.UU. en la persecución de hackers norcoreanos y la investigación del ataque a Sony Pictures en 2014.
Sin embargo, la compañía saltó a la fama mundial por su papel en la investigación del hackeo ruso al Comité Nacional Demócrata durante las elecciones de 2016. CrowdStrike fue pionera en alertar sobre la interferencia rusa, una afirmación posteriormente respaldada por las agencias de inteligencia estadounidenses.
Curiosamente, la empresa se vio envuelta en teorías conspirativas tras ser mencionada por el ex presidente Donald Trump en una polémica llamada con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, que desencadenó su primer juicio político.
Este incidente subraya la delicada naturaleza de la seguridad informática en la era digital. Incluso las herramientas diseñadas para protección pueden, inadvertidamente, convertirse en fuentes de vulnerabilidad. De esta manera, en el mundo interconectado de hoy, una simple actualización de software puede tener repercusiones globales.