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Bill Gates explicó qué tienen que hacer los países para resolver el problema más grande de la humanidad

En una reciente publicación en su blog «Gates Notes», Bill Gates abordó uno de los desafíos más apremiantes de la humanidad: cómo alimentar a un mundo con una población creciente. El fundador de Microsoft reflexionó sobre el libro «How to Feed the World» (Cómo alimentar al mundo) del académico Vaclav Smil, destacando que la solución al hambre va mucho más allá de simplemente producir más alimentos.

Gates, conocido por su enfoque basado en datos para resolver problemas globales, enfatiza que ya producimos suficientes calorías para alimentar a toda la población mundial. El verdadero reto para países y gobiernos, según explica, está en lo que sucede después de que los alimentos son cultivados.

La paradoja de la abundancia y el hambre

«Producimos alrededor de 3.000 calorías por persona al día a nivel mundial, más que suficiente para alimentar a todos», señala Gates en su blog, citando los hallazgos de Smil. Sin embargo, aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos se desperdicia. En algunos países ricos, esa cifra alcanza hasta el 45%.

Lo más sorprendente es que algunos de los mayores productores de alimentos del mundo tienen las tasas más altas de desnutrición. Gates ha observado este fenómeno de primera mano a través del trabajo de la Fundación Gates en África subsahariana, donde la inseguridad alimentaria está impulsada por la baja productividad agrícola y la infraestructura deficiente.

En esta región, los rendimientos agrícolas siguen siendo mucho más bajos que en Asia o América Latina, en parte porque los agricultores dependen de la agricultura de secano en lugar del riego y tienen acceso limitado a fertilizantes, semillas de calidad y herramientas agrícolas digitales. Pero incluso cuando se cultivan alimentos, llevarlos al mercado representa otro desafío debido a carreteras deficientes, almacenamiento inadecuado y redes comerciales débiles.

Según Bill Gates, la productividad actual es suficiente para alimentar a todo el mundo.

Tecnología e innovación: claves para el futuro alimentario

Gates subraya que la tecnología y la innovación pueden desempeñar un papel crucial en la transformación de nuestros sistemas alimentarios. La acuicultura, por ejemplo, ha crecido en los últimos 40 años hasta suministrar más mariscos para el mundo que la pesca tradicional, convirtiéndose en una forma escalable de satisfacer las demandas globales de proteínas.

La edición genética CRISPR también podría ayudar a desarrollar cultivos más resistentes a la sequía, las enfermedades y las plagas, algo crítico para los agricultores que enfrentan las presiones del cambio climático. Si bien Smil advierte que no podemos depender únicamente de milagros tecnológicos, Gates cree que estos avances podrían ser transformadores, tal como lo fue la Revolución Verde en su momento.

Sin embargo, algunas soluciones no tienen que ver con producir más alimentos, sino con desperdiciar menos de lo que ya tenemos. Un mejor almacenamiento y empaquetado, cadenas de suministro más inteligentes y modelos de precios flexibles podrían reducir significativamente el deterioro y el exceso de inventario.

En su blog, Gates concluye que a medida que la población mundial se acerca a los 10.000 millones de habitantes, aumentar la productividad agrícola por sí sola no resolverá el hambre y la desnutrición. También necesitamos asegurar que los alimentos sean más accesibles y asequibles, menos desperdiciados y tan nutritivos como abundantes.

«El objetivo no es producir más alimentos por sí mismo, sino alimentar a más personas», concluye Gates.

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