Bill Gates es mayormente conocido por ser el fundador de Microsoft y por su patrimonio multimillonario. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el magnate tiene una fuerte vocación social e invierte fortunas para combatir la pobreza y la desigualdad.
Bajo esta bandera es que creó la Fundación Bill y Melinda Gates, que se consagra como el segundo mayor donante de los programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Recientemente, el director general de la entidad, Mark Suzman, reveló las inversiones futuras de la Fundación Gates, para llevar a cabo diversas iniciativas. Spoiler: se trata del desembolso anual más alto de la historia.
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Actualmente, la Fundación Bill y Melinda Gates es una de las organizaciones sociales más grandes del mundo. Como su nombre lo indica, el empresario estadounidense fundó la entidad junto a su ex esposa. Desde el año 2022, la firma se involucra en varios programas de asistencia, bajo la consigna de que todas las vidas tienen el mismo valor.
Su trabajo se basa en ayudar a todas las personas a llevar vidas saludables y productivas. En efecto, busca democratizar el acceso a la educación y a la salud mediante donaciones, en los países desarrollados.
En este sentido, los planes de la fundación para este 2023 se centran en una inversión de casi u$s 9.000 millones. Así lo confirmó Suzman en una carta pública, donde también abordo las recientes críticas que recibió la organización.
Hace tan solo unas semanas, la firma de Gates anunciaba compromisos por un total de u$s 1.270 millones para lograr soluciones a largo plazo que mejoren y salven millones de vidas.
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Bill Gates: ¿por qué critican a la fundación?
La Fundación Gates aprovechó el anuncio de la inversión para hacerle frente a las múltiples críticas que rondan a la organización. Particularmente, estas apuntan sobre la «gran influencia de los multimillonarios no elegidos para fijar la agenda de la salud y el desarrollo mundial».
A modo de respuesta, la carta de Suzman afirma que la entidad se limita a responder a la agenda ya establecida por organismos mundiales y se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU como guía.
De todos modos, el director dijo estar de acuerdo con el hecho de que una filantropía privada no debería ser uno de los mayores financiadores de los esfuerzos multinacionales en materia de salud mundial, y agregó que los países deberían financiar íntegramente estas iniciativas.