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Autos sin conductor: Milei da luz verde, pero en EE.UU. hay cautela por la tecnología

Entre sus múltiples alcances y propuestas, el proyecto de ley ómnibus que Javier Milei envió el miércoles al Congreso busca dar luz verde a la circulación de vehículos autónomos en la Argentina. De aprobarse, será el inicio en el país para una tecnología que promete muchos beneficios, pero que en la práctica todavía se ve aquejada por serios inconvenientes en otros países del mundo.

El proyecto de Milei propone autorizar «la conducción por parte de sistemas autónomos para vehículos autodirigidos, sean estos particulares, de pasajeros o de carga». Y define como «autodirigido» a «todo vehículo automotor que cuenta con un sistema de conducción que no necesita de la intervención humana».

Asimismo, se especifica que el software empleado en los vehículos autónomos deberá contar con el visto bueno del Poder Ejecutivo. «La autorización de dichos softwares será otorgada si se demuestra fehacientemente una siniestralidad menor al promedio correspondiente a la conducción humana», detalla el proyecto.

La normativa prevé que, para la compilación de los datos de siniestralidad, la autoridad de aplicación «podrá autorizar la circulación provisoria del software o utilizar los datos aportados por sus desarrolladores en otros países». Es decir que los autos sin conductor comenzarían a circular a modo de prueba hasta que las estadísticas ratifiquen su seguridad; caso contrario, la habilitación les podrá ser retirada.

Otro guiño de Milei a Elon Musk

La inclusión de los artículos sobre los vehículos autónomos en la Ley ómnibus puede verse también como un gesto de Javier Milei hacia el magnate Elon Musk, dueño de la automotriz estadounidense Tesla.

No es una relación nueva: Milei tuvo una conversación telefónica con Musk antes de asumir y, en su megadecreto de la semana pasada, abrió la puerta la llegada al país de la internet satelital Starlink, otra empresa del multimillonario.

Ocurre que Tesla es una de las compañías que más impulsó la conducción autónoma de vehículos, principalmente mediante su sistema Autopilot, que se lanzó como una gran promesa de la industria automotriz.

Sin embargo, esa tecnología no pasa por un buen momento: a principios de este mes, Tesla tuvo que llamar a revisión a más de 2 millones de autos en Estados Unidos por fallas en Autopilot. La medida llegó después de una extensa investigación de las autoridades, que pusieron la lupa sobre unos 950 accidentes que generaron 19 muertes en colisiones desde 2016.

Elon Musk impulsa los vehículos autónomos mediante su automotriz Tesla.

Prueba de fuego para los autos sin conductor

La circulación de vehículos autónomos está autorizada en pocas ciudades de los Estados Unidos. Una de las cuales es San Francisco, que se convirtió en una suerte de laboratorio para la industria automotriz y que reveló la falta de madurez que sufre aún la tecnología de conducción autónoma.

Allí comenzaron a circular en 2022 los taxis sin conductor de Waymo (empresa de Google) y de Cruise (propiedad de General Motors), que en agosto recibieron el visto bueno para rodar 24/7 sin límites en cuanto a cantidad de vehículos.

Eso duró poco: un mes después, el estado de California pidió a GM reducir su flota a la mitad, al tiempo que lanzó una investigación por accidentes. Finalmente, en octubre le suspendió la licencia para brindar servicios. Esto llevó al despido de 9 ejecutivos y alrededor de 900 empleados de Cruise.

No obstante, en medio de accidentes resonantes en los medios locales y quejas de conductores y peatones -porque los vehículos autónomos parecen no tener nociones de «etiqueta» al desplazarse o no ceden el paso a autobombas y ambulancias-, la tecnología se sigue probando.

Waymo, que continúa operando en San Francisco, reveló la semana pasada un estudio en el que afirma que sus vehículos experimentaron un 76% menos de accidentes que los autos conducidos por humanos.

El tiempo dirá si la Argentina y su sistema vial están listos para recibir a los vehículos autónomos en su estado actual o habrá que esperar a que logren un mayor nivel de desarrollo. La palabra la tiene el Congreso.

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