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Gaston Giribet, especialista en agujeros negros: "Los estudiantes de la UBA son mucho mejores que los que tuve en otros lugares"

Gaston Giribet (Buenos Aires, 1973) es doctor en física y en filosofía. Se formó en la Universidad de Buenos Aires, fue discípulo de Carmen Núñez y luego trabajó en instituciones de primer nivel como el Institute for Advanced Study de Princeton, la Université Libre de Bruxelles y la New York University, donde hoy enseña física teórica. Su especialidad es la teoría de cuerdas, pero su campo de acción abarca agujeros negros, campos cuánticos y astrofísica relativista.

En septiembre de 2025 regresa a la Argentina para una serie de charlas abiertas al público: presentará libros, compartirá escenario con colegas en el Planetario y ofrecerá el próximo sábado su conferencia sobre agujeros negros e información cuántica en la edición 2025 de Nerdearla, un congreso de tecnología y ciencia que reúne investigadores, divulgadores y público general para charlas, talleres y presentaciones innovadoras en Buenos Aires.

«Los estudiantes de la UBA son mucho mejores que los que tuve en otros lugares», afirma Giribet en diálogo telefónico con Infotechnology, convencido de que la calidad académica argentina sigue siendo un capital inigualable.

El espacio, los agujeros negros y la teoría de cuerdas

Giribet describe a los agujeros negros como «los astros más fascinantes del universo» porque concentran la mayor parte de la entropía cósmica. Ese desorden -o pérdida de información- los conecta con la información cuántica, un vínculo que parece improbable pero que en realidad es central. La teoría de cuerdas es el marco que utiliza para explorar esa relación.

Gaston Giribet, especialista en agujeros negros e información cuántica, frente al pizarrón en plena exposición. (Imagen: gentileza Gastón Giribet)

 «Cuando pensás que todo está hecho de partículas puntuales, los cálculos no tienen sentido, aparecen infinitos. Pero si lo pensás como pequeñas cuerditas que vibran, todo encaja: la teoría se vuelve compatible con la relatividad general», explica. Y resume la escala con una metáfora: «Una cuerda es a un átomo lo que un átomo es a todo el sistema solar».

El gran giro de su carrera llegó en 1997, con la irrupción de Juan Maldacena y su conjetura AdS/CFT. Lo que propuso el físico argentino radicado en los Estados Unidos fue que una teoría de gravedad en un espacio curvo podía ser equivalente a una teoría cuántica de campos sin gravedad en su borde. Ese hallazgo abrió un puente entre relatividad general y mecánica cuántica. «Cambié mi tema de trabajo. Seguí en cuerdas, pero me enfoqué en Maldacena», recuerda Giribet, que se doctoró en 2003 y partió a Princeton con un nuevo rumbo.

Filosofía, indeterminación y ciencia básica

Con el tiempo, sumó un segundo doctorado, esta vez en filosofía. Para él, no se trata de disciplinas opuestas, sino de lenguajes distintos para atacar el mismo misterio: el espacio. «¿Por qué tiene tres dimensiones? ¿Podría tener más? ¿Es emergente? La física no se pregunta estas cosas, la filosofía sí. Y sin embargo, la física es la disciplina más fructífera para hablar de ellas», afirma.

Ese cruce también le sirve para pensar cómo la ciencia convive con tensiones irresueltas. Relatividad y cuántica no se reconcilian, pero los físicos trabajan igual. «Vivir es hacerse el boludo», dice con humor, para explicar que en cada escala se aplica la teoría que sirve y se deja de lado la contradicción.

En la entrevista reivindica el verdadero sentido del principio de indeterminación de Heisenberg. «Si sé la velocidad de un electrón, no es que no pueda saber dónde está: es que no tiene un lugar definido, está en una nube de probabilidad». Esa visión, ontológica y no epistemológica, incomodaba a Einstein y Schrödinger, incluso después de haber cimentado la cuántica.

Al hablar de utilidad, Giribet se planta: «La ciencia básica es el motor de todo. La tecnología no existiría sin ella». Cita a Abraham Flexner -educador, reformista, innovador y fundador del Institute for Advanced Study en Princeton- y la «utilidad del conocimiento inútil» como defensa de la investigación sin finalidad inmediata. Y redondea con ironía: «Si el criterio es la utilidad prosaica, nada sirve para nada. Ni siquiera estar vivo».

Visualización artística de un agujero negro, objeto en el que se concentran la mayor parte de la entropía del universo. (Imagen: archivo)

Entre Nueva York y Buenos Aires

Hoy Giribet es profesor en la New York University, pero nunca cortó el vínculo con su país. Dirige doctorandos, colabora con colegas y participa en congresos. Admira la calidad de los estudiantes argentinos, aunque advierte que esa virtud convive con un escenario de desinversión crónica. «Nunca hubo en la Argentina una inversión adecuada en ciencia. Se vive de una inercia cultural que en algún momento se va a agotar», señala.

De la vida en Buenos Aires extraña sobre todo un clima intelectual. «Había discusiones en las que se cruzaban física, filosofía y artes. No es que extrañe al país en general, extraño a mis amigos, ese ámbito», confiesa. Esos recuerdos conviven con la certeza de que, para sostener una carrera de investigación, necesitaba emigrar: los salarios eran bajos, los subsidios insuficientes y muchas veces había que poner dinero propio para trabajar.

Las charlas de Giribet en Buenos Aires en septiembre 2025

  • Miércoles 24/09 – Teatro del Pueblo (Lavalle 3636): El espacio-tiempo y los agujeros negros.

  • Jueves 25/09 – Librería Otras Orillas (Mansilla 2974): Presentación de Kant y las dimensiones del espacio junto a Diego Ontivero.

  • Viernes 26/09 – Planetario Galileo Galilei: Mesa sobre Ciencia, Astrofísica e Inteligencia Artificial con Cecilia Garraffo y José Edelstein.

  • Sábado 27/09 – CC Konex: Conferencia Agujeros negros e información cuántica en Nerdearla 2025.

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