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Tiemblan las potencias: China desplazó a un poderoso país europeo del ranking de los más innovadores

Por primera vez en la historia reciente, China ha sacudido el tablero global de la innovación al desplazar a Alemania, la mayor economía de Europa, del codiciado top 10 de los países más innovadores del mundo, según el último Índice Global de Innovación (GII) publicado por la ONU. Este movimiento representa un cambio profundo en el equilibrio tecnológico mundial y marca el ascenso consolidado de China como potencia líder en innovación.

Suiza mantuvo la primera posición por decimosegunda vez consecutiva, seguida por Suecia y Estados Unidos. 

Países innovadores: por qué avanzó China

China logró posicionarse décima en este ranking que evalúa a 139 países mediante 78 indicadores relacionados con inversión en investigación y desarrollo (I+D), educación, productividad tecnológica, desarrollo de patentes y ecosistemas de emprendimiento. En contraste, Alemania quedó relegada al puesto once, fuera del grupo selecto que durante décadas había dominado la innovación global.

La clave del avance chino radica en su pujante inversión en I+D (investigación y desarrollo), principalmente impulsada por empresas tecnológicas de Pekín, que han multiplicado su gasto en áreas como inteligencia artificial, energías renovables, movilidad eléctrica y biotecnología. 

En 2024, China aportó aproximadamente el 25% de las solicitudes internacionales de patentes, superando a Estados Unidos, Japón y Alemania, que en conjunto suman alrededor del 40%. Este dato evidencia no sólo la capacidad inventiva, sino también la robustez de su sistema de protección intelectual.

La innovación digital es el punto fuerte de la China actual.

El rol del Estado en el avance tecnológico

El crecimiento tecnológico de China está acompañado por una serie de políticas estratégicas impulsadas desde el Estado, que incluyen incentivos fiscales para startups, creación de parques tecnológicos, fortalecimiento de centros de investigación y formación especializada en universidades. La colaboración entre academia, industria y gobierno ha sido un factor decisivo para generar un ecosistema dinámico donde la innovación se traduce rápidamente en productos y servicios con impacto real.

El ecosistema emprendedor chino ha mostrado un crecimiento notable en los últimos cinco años, especialmente en sectores tecnológicos clave. La expansión de startups en fintech, comercio electrónico y tecnologías sostenibles está atrayendo capital extranjero e impulsando la competitividad del país en el mercado global.

En cambio, Alemania enfrenta el desafío de adaptarse a las nuevas realidades de la innovación digital. Aunque mantiene un sólido dominio en innovación tradicional e industrial, el ranking indica que debe acelerar la transformación hacia la economía digital para recuperar terreno. Expertos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) señalan que la capacidad de integrar educación, emprendimiento e inversión tecnológica será fundamental para sostener el liderazgo en el futuro.

Alemania, una vieja potencia industrial que debe mejorar en su faceta de innovación digital.

Además, el contexto global presenta ciertas dificultades, ya que el crecimiento de la inversión en I+D se desacelerará al 2,3% en 2025, la tasa más baja desde la crisis financiera de 2010. Esto subraya la importancia de que las naciones apuesten con firmeza por la innovación para no perder competitividad en un mundo donde la tecnología es crucial para el progreso económico y social.

En definitiva, el ingreso de China en el top 10 de innovación no solo es una victoria simbólica, sino un reflejo de su poder de transformación tecnológica y económica. El país asiático se consolida como líder emergente, desplazando a potencias históricas y marcando un nuevo rumbo en la carrera global por el desarrollo científico y tecnológico.

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