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Tecnología para la seguridad: startup argentina transforma la industria con IA y vehículos autónomos

La historia de cómo un productor de Hollywood, un experto en marketing y un administrador de empresas terminaron creando un centro de innovación tecnológica para la seguridad en Argentina podría ser el guión de una película. Pero es completamente real, y su laboratorio en Buenos Aires está cambiando las reglas del juego en una industria que parecía resistente a la transformación digital.

IH Tech Labs nació hace dos años como una apuesta audaz: crear tecnología de punta aplicada a la seguridad en un país donde las startups suelen orientarse hacia fintech o e-commerce. Para conocer cómo se desarrolló este proyecto, El Cronista dialogó con Gustavo Silva, CEO del emprendimiento; Kevin Blum, director general; y Federico Patigori, director de operaciones.

Un ecosistema sin precedentes

«No es fácil armar este laboratorio. Tecnología aplicada a la seguridad era raro, no es algo que se ve frecuentemente», reconoce Gustavo Silva, uno de los fundadores del laboratorio y productor de la banda sonora de películas como «Argentina, 1985» y filmes de Marvel.  

Lo que comenzó como una idea entre tres socios se transformó en algo mucho más ambicioso: el primer ecosistema de seguridad autónomo, inteligente y conectado de América Latina. Pero la clave no estuvo solo en la innovación local, sino en la capacidad de articular una red global de desarrollo tecnológico.

Uno de los vehículos autónomos terrestres de patrullaje de IH Tech Labs y Securion.

«Nosotros nos juntamos con cinco empresas internacionales e hicimos, entre todos, creamos este ecosistema. Cada uno tenía una solución particular», explican los creadores de IH Tech Labs. El resultado es una integración de tecnologías desarrolladas en Argentina, Estados Unidos, Francia, Suiza y Polonia, donde cada socio aporta su especialidad sin que ninguna empresa se imponga sobre otra.

La propuesta es radical: guardias de seguridad con capacidades ampliadas por tecnología, drones terrestres, aéreos y marítimos que funcionan de manera autónoma, y un sistema de inteligencia artificial que toma decisiones en tiempo real. «El ser humano va a convivir con la máquina, por supuesto. Lo que hicimos nosotros es aumentar las capacidades de ese guardia físico con tecnología», detallan.

Guardias del futuro

En el laboratorio de IH Tech Labs, llama la atención es la «mochila táctica» que portan sus guardias de élite. Incluye visión térmica nocturna, cámaras con transmisión en vivo activadas por comandos de voz, conectividad satelital y un sistema de asistencia biomecánica que reduce el peso corporal en un 30%.

«La asistencia biomecánica hace que el cuerpo pese 30% menos, te hace un poco más rápido, mucho más resistente a subir pendientes, hace mucho más estable tu cuerpo», explica uno de los técnicos. Con 17 kilómetros de autonomía, estos dispositivos no solo mejoran el rendimiento físico, sino que reducen las lesiones laborales.

Pero el elemento más disruptivo es la «visión activa»: una cámara en el pecho que permite geolocalizar y transmitir en directo desde cualquier lugar del país. «Eso cambia la manera de hacer seguridad, por lo menos en lo que es la guardia física», asegura Rodrigo.

Los guardias con capacidad aumentada se integrarán en los servicios de Securion.

Autonomía total por mar y aire

El ecosistema incluye embarcaciones autónomas que ya probaron su efectividad en una travesía de San Diego a Japón sin intervención humana, con solo una escala técnica en Hawaii. «Nuestro buque hizo ahora una prueba muy importante que viajó de San Diego a Japón y después hizo la vuelta en dos meses, sin intervención humana», cuentan con orgullo.

Se trata de embarcaciones de tres metros equipadas con radar, cámaras 360°, sonar y conexión satelital. «En el viaje de San Diego a Japón, nosotros entrábamos a ver las cámaras y podíamos ver todas las cámaras en vivo todo el tiempo», agrega.

La conectividad es clave en un país con geografía desafiante. «El gran problema que tienen las compañías como esta, que están en todo el territorio argentino, es la conectividad. En muchos lugares no hay internet», explica. La solución: tecnología satelital, principalmente Starlink, que garantiza transmisión desde cualquier punto del país.

Los nuevos vehículos no tripulados también son capaces de operar en el agua.

Sinergia global, conocimiento local

Lo que diferencia a IH Tech Labs de otros desarrollos tecnológicos es su enfoque colaborativo internacional. «Son empresas que tienen un tamaño muy parecido al de la compañía Securion, por ahí ellos son startup, también como laboratorio, y eso nos permitió relacionarnos directamente con el equipo que arma los dispositivos», explican los fundadores.

Y agregan: «Nosotros tenemos cuestiones argentinas que se dan en el día a día, que cuando te pones a hablar con los de afuera no la entienden. En el tema de la seguridad en la Argentina y en Latinoamérica, tenemos la avanzada de que hay más inseguridad que allá. Entonces tenemos un know-how que ellos no tienen».

Esta experiencia local se convierte en valor agregado para los socios internacionales. «Nosotros somos la punta de lanza para pedir cosas que allá todavía no suceden», añaden. A cambio, reciben know-how técnico avanzado que acelera el desarrollo conjunto.

Los drones aéreos con despliegue automatizado son parte de la suite de seguridad de IH Tech Labs.

De la experimentación al mercado

IH Tech Labs funciona como centro de innovación de Securion, una de las empresas de seguridad más importantes de Argentina con 9.000 guardias. Esta estructura les permite probar rápidamente la tecnología en condiciones reales. «Teníamos una empresa para probar rápidamente la tecnología, para aprender sobre seguridad, porque hay que saber sobre este ámbito», reflexionan.

Los resultados son tangibles: apenas un mes después de la presentación oficial en el MALBA, el laboratorio ya recibió múltiples consultas para proyectos y demos en vivo. «La presentación fue hace un mes y tres o cuatro días y ya hemos tenido varias reuniones de presentación de proyectos», confirma Federico.

El plan es ambicioso: migrar gran parte de esta tecnología a toda la guardia de Securion en un plazo de año y medio a dos años, convirtiendo a la empresa en una vidriera tecnológica para toda Latinoamérica.

La fórmula del éxito

Los fundadores coinciden en que el factor humano fue determinante. «Finalmente lo que prima es la relación humana. Que no importa, es un lenguaje universal. Es cómo te relacionas con el otro», reflexiona Rodrigo. La colaboración se construyó sobre horarios flexibles, reuniones a las 5 AM o 11 PM, fines de semana incluidos, con socios distribuidos entre California, Europa y Argentina.

«En este caso también lo que ves es trabajar con otros países más desarrollados, que nunca se interpuso el ego», destaca. Una de las empresas estadounidenses incluso tradujo toda su plataforma al español específicamente para el proyecto argentino.

Para los emprendedores de IH Tech Labs, la clave está en la reciprocidad: «Siempre se gastaron ellos en tratar de entendernos a nosotros. No fue que nosotros teníamos que… Ellos también había una relación de querer ser parte de Latinoamérica».

Impacto regional

IH Tech Labs busca demostrar que Argentina puede competir en la liga mayor del desarrollo tecnológico aplicado. Con tecnología funcionando, productos listos para vender y una red de socios internacionales consolidada, el laboratorio se posiciona como referente regional en seguridad inteligente.

El proyecto trasciende las fronteras nacionales: varios de los socios internacionales ven en Argentina su puerta de entrada a Latinoamérica, aprovechando el know-how local en seguridad y la capacidad de adaptación a mercados complejos.

«Esto va a ser una vidriera para Latinoamérica», pronostican. Y si los primeros resultados son indicativos, esa vidriera podría cambiar para siempre la forma en que la región entiende la seguridad del siglo XXI.

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